AMBIENTE, HERENCIA Y CONDUCTA
La conducta es la interacción de un organismo vivo, genéticamente dotado, y su ambiente.
La psicología se ocupa de la conducta. No es extraño que el influjo del ambiente y la herencia en la conducta sea un tema capital y constante en la ciencia psicológica. Ha resultado ser, además, un tema intrincado y polémico.
Hay dos grandes perspectivas en la investigación psicológica: la general y la diferencial. Debieran ser complementarias, pero suelen ser meramente distintas y, con frecuencia, antagónicas. La general estudia los fenómenos y leyes de la conciencia, el inconsciente y el comportamiento, prescindiendo de las diferencias individuales. Representantes: WUNDT, FREUD, WATSON. Tiende a considerar al individuo como una tabula rasa en la que la experiencia y el aprendizaje escriben el curso del desarrollo. Propende, con salvedades, matices y excepciones, a ser ambientalista. Ejemplo, el conocido texto de WATSON (1930, p. 104): «Dadme una docena de niños... y os garantizo que puedo tomar cualquier al azar y formarlo para que sea el tipo de especialista que yo escoja -doctor, abogado, artista, comerciante y, sí, incluso pordiosero o ladrón- al margen de sus talentos, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antecesores.» La herencia da, por lo visto, lo mismo; sólo importa el ambiente.
La otra perspectiva es la diferencial. Su origen más eminente es la obra de DARWIN. Se ocupa de los fenómenos psicológicos en tanto vienen afectados por las diferencias individuales. Tiende a considerar al individuo en un proceso filo y ontogenético. Propende a subrayar el influjo de la herencia. Ejemplo, GALTON (1822-1911), primo de DARWIN y uno de los fundadores de la psicología diferencial y de las investigaciones psicogenéticas. Ya en 1883 (p. 241) afirmaba: «La natura predomina enormemente sobre la cultura.» Conviene, pues, estudiar, controlar y mejorar esa «naturaleza», fundamentalmente genética. El ambiente es lo de menos; lo decisivo es la herencia: seleccionar a los mejores, dificultar o impedir la propagación de los peores.
La mayor parte de las polémicas han sido estériles. Están desenfocadas. Pretenden averiguar qué es más importante, si la herencia o el ambiente. Es un falso problema. Los dos son igualmente importantes, porque los dos son imprescindibles.
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